Charla del Dharma Hno. Phap Thien, 23 de marzo de 2017, Still Water Meditation Hall, Upper Hamlet
Soy cocinero y hago la comida pero mis hermanos me recuerdan y a medida que pasan los años necesito que me recuerden más.
Durante años recibimos la enseñanza de Thay y hoy es nuestro turno de reportarnos a la Sangha por nuestra práctica.
Hermanos y hermanas me preguntan porque estuve tantos años aquí y nunca volví a casa. Asia es muy lejos y necesitamos dos o tres meses para ir. Cada tres años tenemos la oportunidad de visitar casa.
Aquí, en Plum Village, vienen los laicos y nos acompañan por tres meses en el retiro de invierno. La última vez, cuando doblé mi ropa de invierno para el retiro me sentí lleno de alegría porque afuera hacía frío y yo podía disfrutar la calidez adentro.
Me quedo aquí porque me gustan las flores de esta estación de primavera, también en esta estación vienen los brotes de bambú. A veces me despierto a las dos de la mañana, me siento y tal vez salgo a dar una caminata.
El retiro de verano lo disfruto mucho, el festival es muy bueno. En otoño las hojas cambian de color todos los días. Yo disfruto mucho en Plum Village, cada rincón lo disfruto, cada pequeña cosa.
En el pasado me gustaba la tecnología, quería ser empresario, tener dinero y una novia. Ahora, hace poco un hermano mío de sangre me regaló una cámara muy costosa y me sentí inseguro por el valor de esta y no me sentí feliz como en el pasado. Pedí permiso a la comunidad para recibir la cámara para la sangha.
La felicidad es un concepto.
Si en la vida no pasamos dificultades no sabemos lo que es la felicidad. Aquí la felicidad es simple.
Cuando practicamos con la práctica que nos enseña Thay alimentamos la alegría.
Hoy voy a hablar de un tema muy importante: el niño interior.
Nos hacemos ricos y nos sentimos fuertes pero en realidad no lo somos. Afuera tenemos una superficie gruesa, como una capa para protegernos pero adentro somos frágiles.
El niño interior necesita cuidado, amor, comprensión, seguridad, confianza. Sin estos aspectos presentes el niño interior está en una cárcel.
A veces vemos hermanos y hermanas que se los ve sólidos, pueden tocar la felicidad fácilmente. Pero hay otros que tienen altos y bajos.
Aquí tenemos todo lo necesario.
Si voy a otro lugar no es lo que necesito, aquí soy feliz. Aquí puedo mirar profundamente mi sufrimiento, mirar afuera y mirar adentro. Ser feliz en condiciones simples y felices. Necesitamos cuidar a nuestro niño interior antes de poder amar a otro.
Para tu hijo tratás de generar las mejores condiciones como cuidado, seguridad, confianza. Dar lo mismo a mi niño interior.
Soñamos que cuando sea grande voy a ser esto o lo otro, puedo hacer lo mismo con mi niño interior.
En mi familia éramos muy pobres y no podíamos comprar juguetes, me gusta tanto hacer origami porque con un pedazo de papel podía hacer un mundo.
Mi padre me pegaba todos los días y eso dejó en mí una herida para curar. Esta herida todavía no se ha recuperado. Cuando siento la herida y veo muchas flechas que vienen hacia mí me siento inseguro.
En las enseñanzas de Thay no hay diferencia entre sujeto y objeto.
A veces creemos que el sufrimiento viene de afuera, de mi pareja, de mi familia, de mi vida. No culpar al afuera si vienen 10 flechas.
Cuando tengo un problema voy al Templo y me refugio en el Buda, el Dharma y la Sangha. Las tres joyas.
Volver a mis isla interior.
Veo al Buda ser mi Plena Consciencia, refulgiendo cerca, para mí.
Dharma es mi respiración que protege mi cuerpo y mi mente.
Sangha son los cinco skandas trabajando en armonía.
Si disfruto mis pasos ya me siento segura. Volver a la sangha dentro de mi misma. Establezco la paz en mí.
El verdadero coraje es confianza en mí, en mi práctica, aceptar la situación que se presenta.
Esto me hace sentir segura y si viene muchas flechas no importa.
Amor, compasión, comprensión en la comunidad. Estoy agradecido a mis hermanos mayores. En la Sangha los hermanos mayores que recibieron enseñanza directa de Thay se hacen cargo de los hermanos más jóvenes.
En Vietnam los hermanos mayores se hacen cargo de los hermanos más jóvenes en familias donde los padres murieron y dejaron 10 hijos. Ese fué mi caso: voy a compartir un poema que le escribí a mi hermano más chico.
Pequeño hermano
Cuánto falta de viaje no sabemos pero necesitamos llegar a casa lo más pronto posible.
Papi nos espera.
En el viaje hay muchas alegrías,
Cuántas veces hemos visto el sol salir, la luna y el sol estando cerca.
Sobre la colina, vimos las estrellas
cuál para vos y cuál para mi.
Estamos pasando el área más calurosa,
Pequeño hermano,
sostén la hoja de loto y recuéstate en mi espalda
yo te llevaré
Cuando lleguemos a la vertiente
nos refrescaremos nadando y descansando en la orilla.
Muchos días hemos dormido bajo los árboles
o en los balcones de casas abandonadas.
Pequeño hermano,
anoche hizo frío,
abrazándote sentí calor
sos mi tesoro
mi amigo del alma
Besando tu rostro
el rostro de Dios.
El viaje es bastante largo
siempre estás ahí,
entonces me entusiasmo
tus ojos, tu sonrisa, tu amor me hacen sentir feliz.
Somos una continuación de papá
tenemos que ir a casa a heredar su tesoro.
Tal vez hoy no tenemos suficiente comida para comer.
Pero no te preocupes, yo recuerdo lo que papá me enseñó
juntando hojas de bananero haremos juguetes.
Mañana, cuando pasemos por el pueblo
los venderemos y compraremos comida
y también helado para vos, mi pequeño hermano.
En el pueblo, hay mucha gente y cosas interesantes
juguetes, tortas, helados, comidas, juegos, músicas y películas…
Son cosas normales
En casa hay un montón de joyas,
por favor sostén mi mano y caminemos juntos
pasaremos muchos obstáculos
Por favor prométeme que caminarás de mi mano
Nos espera un largo viaje pero juntos somos más fuertes
Papi nos está esperando
Tenemos que volver a casa lo más rápido posible.
Pequeño hermano, mi tesoro, mi amigo del alma.
Phap Tien Agosto 2016 Upper Hamlet
(Notas personales de una practicante (Mayco Gourville) en los retiros de Plum. Village).





