Sutra sobre el discípulo vestido de blanco
Sutra sobre el discípulo vestido de blanco*
(Upasaka sutra, n° 128 del Madhyana Agama)
Escuché estas palabras del Buda en cierta ocasión en que estaba en el monasterio del bosquecillo de Jeta, cerca de Sravasti, que había sido donado por el laico Anathapindika. Aquel día, Anathapindika acudió con otros 500 discípulos laicos del Buda a la cabaña donde residía Sariputra. Todos inclinaron la cabeza en señal de reverencia a Sariputra y se sentaron respetuosamente a un lado. El venerable Sariputra les ofreció enseñanzas con gran maestría, aportándoles alegría y confianza en las «Tres Joyas» y en la práctica del verdadero Dharma. Después, Sariputra y los 500 laicos -hombres y mujeres- acudieron juntos a la cabaña del Buda, donde Sariputra, Anathapindika y los otros 500 laicos se postraron a los pies del Buda y se sentaron a un lado.
Cuando vio que todo el mundo estaba sentado, el Buda se dirigió a Sariputra diciendo:
“Sariputra, si los discípulos laicos del Buda, los que llevan hábitos blancos, estudian y
practican las Cinco Prácticas de la Atención Plena y las Cuatro Contemplaciones, alcanzarán sin penalidades la capacidad de morar felizmente en el presente. Saben que no caerán en los reinos del infierno, los espíritus hambrientos, los animales y otros caminos de sufrimiento.
“Esos hombres y mujeres habrán alcanzado el fruto de los que entran en la corriente y no tendrán miedo de adentrarse descendiendo por los caminos oscuros. Se hallan en el camino correcto del despertar. Sólo tienen que regresar a los mundos de los dioses u hombres siete veces más antes de alcanzar la liberación perfecta y el final de la insatisfacción. “Sariputra, ¿cómo estudian y practican las Cinco Prácticas de la Atención Plena y las Cuatro Contemplaciones?
“Los discípulos laicos del Buda se abstienen de matar, ponen fin al acto de matar, se apartan de todas las armas, aprenden la humildad ante los demás, aprenden la humildad en sí mismos, practican el amor y la compasión y protegen a todos los seres vivos, incluso los insectos más minúsculos. Desarraigan de su interior cualquier intención de matar. De este modo, los discípulos laicos del Buda estudian y practican la primera de las Cinco Prácticas de la Atención Plena..
“Los discípulos laicos del Buda se abstienen de tomar lo que no se les da, ponen fin a tomar lo que no se les da. Encuentran gozo en ser generosos sin esperar nada a cambio. Su mente no es oscurecida por la codicia y el deseo. Constantemente guardan su propia honradez y desarraigan de su interior toda intención de tomar lo que no les es dado. De este modo, los discípulos laicos del Buda estudian y practican la segunda de las Cinco Prácticas de la Atención Plena.
“Los discípulos laicos del Buda se abstienen de cualquier conducta sexual irresponsable, ponen fin a la conducta sexual inapropiada y protegen a todos: a los que están bajo el cuidado de su padre, de su madre o de su padre y de su madre; a su hermana y su hermano mayores; a sus suegros y otros parientes en segundo grado; a aquéllos que tienen el mismo sexo; a la esposa, la hija, el marido o el hijo de otro; y a aquellas personas que han sido violadas, acosadas o torturadas sexual mente o que son prostitutas. Los discípulos laicos del Buda desarraigan de su interior cualquier intención de tener una conducta sexual inapropiada. De este modo, los discípulos del Buda estudian y practican la tercera de las Cinco Prácticas de la Atención Plena.
“Los discípulos laicos del Buda se abstienen de decir lo que no es verdad, ponen fin a decir lo que no es verdad. Sólo dicen lo que es cierto y encuentran un gran gozo en decir lo que es cierto. Siempre moran en la verdad y se puede confiar completamente en ellos y no desprecian a los demás. Han desarraigado de su interior cualquier intención de decir lo que no es cierto. De este modo, los discípulos, laicos del Buda practican la cuarta de las Cinco Prácticas de la Atención Plena.
“Los discípulos laicos del Buda se abstienen de beber alcohol, ponen fin a beber alcohol. Desarraigan de su interior el hábito de beber alcohol. De este modo, los estudiantes laicos del Buda estudian y practican la quinta de las Cinco Prácticas de la Atención Plena.
“Sariputra, ¿cómo alcanzan los discípulos laicos del Buda las Cuatro Contemplaciones y moran felizmente en el presente sin dificultad ni penalidad? Ellos practican el ser conscientes del Buda, meditando en aquél que ha venido de la talidad y regresa a la talidad, como aquél que está verdadera y totalmente despierto, sin ningún apego; como aquél cuya comprensión y práctica son perfectas; como el Bien Partido; como aquél que conoce y entiende plenamente el mundo; como aquél que alcanzó lo más elevado; como aquél que ha dominado lo que tiene que ser dominado; como un maestro de seres humanos y dioses; como el despierto; y como el venerado por el Mundo. Cuando meditan de este modo, todos los deseos insanos llegan a su fin y los elementos impuros, afligidos y ansiosos ya no surgen en su corazón. Como consecuencia de contemplar al Buda sus pensamientos son claros, sienten gozo y llegan a la primer de las Cuatro Contemplaciones morando felizmente en el presente sin dificultad ni penalidad alguna,
“Sariputra, los discípulos laicos del Buda practican el estar conscientes del Dharma, meditando de este modo: el Dharma es enseñado por el Buda con gran pericia; puede conducir al completa liberación; puede conducir al estado de ausencia de aflicción; no hay en él el dolor de la pasión; su valor es atemporal. Cuando los discípulos laicos del Buda meditan en el Dharma y lo cumplen de este modo, todo los deseos nocivos llegan a su fin, y los elementos impuros, aflictivos y ansiosos ya no surgen en su corazón. Como consecuencia de contemplar el Dharma, sus pensamientos son claros y sienten gozo, y llegan a la segunda de las Cuatro Contemplaciones, monar felizmente en el presente, sin dificultad ni penalidad alguna
“Sariputra, los discípulos laicos del Buda practican el ser conscientes del Sangha, meditando de este modo: la noble comunidad del Tathagata está avanzando en dirección correcta esto es por el camino de la rectitud, está orientada hacia el Dharma y vive las enseñanzas como deben ser vividas. En esta comunidad, existen los «cuatro pares» y los «ocho grados»: Los arhats realizados y aquéllos que están alcanzando el fruto del estado de arhats, los que no regresan y aquéllos que están alcanzando el fruto de no regresar, los que regresaron una vez y aquéllos que están alcanzando el fruto de regresar una vez, los que entran en la corriente y aquéllos que están alcanzando el fruto de entrar en la corriente. La noble comunidad del Tathagata ha llevado a cabo con éxito la práctica de los preceptos (sila), la práctica de la concentración (samadhi) y la práctica de la sabiduría intuitiva (prajña). Tiene la liberación y la visión liberada. Es digna de respeto, honor, servicio y ofrendas. Es un hermoso campo de mérito en nuestras vidas Como consecuencia de contemplar el Sangha, sus pensamientos son claros, sienten gozo y llegan a la tercera de las Cuatro Contemplaciones, morando felizmente en el presente, sin dificultad ni penalidad alguna,»
“Sariputra, los discípulos laicos del Buda practican el ser plenamente consciente de las Prácticas de la Atención Plena, meditando de este modo: las Prácticas de la Atención Plena no tienen inconvenientes, defectos, impurezas ni puntos débiles; y nos ayudan a morar en la tierra del Tathagata. Las Prácticas de la Atención Plena no engañan, siempre son ensalzadas, aceptadas, practicadas y guardadas por los santos. Como consecuencia de contemplar las Prácticas de la Atención Plena, los pensamientos de los discípulos son claros, sienten gozo y llegan a la cuarta de las Cuatro Contemplaciones, morando felizmente en el presente, sin dificultad ni penalidad alguna.
“Sariputra, recuerda que los discípulos vestidos de blanco del Buda que practican de este modo no descenderán a los reinos del infierno, los reinos de los espíritus hambrientos, los reinos animales o a ninguno de los reinos de la insatisfacción. Han experimentado el fruto de entrar en la corriente que significa no caer en caminos de penalidad y malas acciones. Habiendo entrado en la corriente, no tienes más remedio que avanzar en dirección al justo despertar. Sólo tendrán que regresar al mundo de los dioses o de los humanos siete veces más antes de llegar a las fronteras de la completa liberación y del final de la aflicción”
En la época del Señor, el Venerado por el Mundo, pronunció estos versos:
A un hombre o una mujer inteligente que vive una vida de familia
y se da cuenta de lo terribles que son los reinos del infierno,
se le anima a recibir y practicar las enseñanzas correctas
y a poner fin a los caminos de la insatisfacción.
Estudia y aprende a profundizar la práctica,
sin matar seres vivos,
diciendo las cosas tal como son en realidad,
y no tomando lo que no es dado.
Es leal a su esposa o esposo,
se aparta de una conducta social inapropiada,
determinado a no ingerir
sustancias intoxicantes,
manteniendo su mente libre del frenesí.
Siempre es consciente del Buda,
del Dharma y del Sangha.
Contemplando las Prácticas de la Atención Plena,
su mente llega a la paz, el gozo y la libertad.
Si quiere practicar la generosidad
para cultivar el jardín de la felicidad,
su directriz es aprender el camino
de la liberación y el despertar.
Sariputra, escucha atentamente
en relación con este punto:
Observa cuidadosamente el rebaño
de bueyes que hay allí.
Algunos bueyes son blancos y amarillos.
Algunos son negros o rojos.
Algunos son marrones con manchas amarillas,
mientras que otros son grises como palomas.
Cualquiera que sea su color
o lugar de origen,
su valor para nosotros radica en su capacidad de transportar.
Los sanos y fuertes,
que tiran de carros con fuerza,
pueden hacer muchas jornadas.
y son los de más utilidad.
En nuestro mundo humano,
hay brahmanes, guerreros,
eruditos, comerciantes, y artesanos.
Pero los hombres y mujeres verdaderamente virtuosos
son quienes siguen las maravillosos prácticas
de la atención plena y son capaces de alcanzar la liberación.
Al igual que El Bien Partido, viven en verdadera libertad.
No hay necesidad de discriminar
según la familia o la casta.
Alcanzar la mayor felicidad es hacer ofrendas a aquéllos
que son verdaderamente virtuosos.
Una persona que carece de virtud
o es pobre en sabiduría intuitiva
no puede iluminar el camino a los demás.
Hacer ofrendas a alguien así da muy poco fruto.
Los hijos e hijas del Buda
que practican el camino de la visión profunda
y tienen su mente puesta en el Buda
poseen raíces fuertes y estables y sólo renacen para ser felices.
Regresando a los mundos de dioses y humanos
no más de siete veces,
finalmente alcanzan el nirvana,
transformando todo ese sufrimiento en gozo y pureza.
Así habló el Buda. El venerable Sariputra, los demás monjes y monjas, el laico Anathapindika y los 500 laicos, hombres y mujeres, oyeron estas palabras y las pusieron en práctica con deleite.
* Traducido del sánscrito al chino por Gotama Sanghadeva en los años 397-398. Traducido del chino por Thich Nhat Hanh consultando el Angumara Nikaya I





