Carta de Plum Village, sobre la 92ª continuación de Thay

10 de octubre de 2018
Queridos amigos:
Al celebrar el día de la 92ª continuación de Thay el 11 de octubre, nos gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir con vosotros cómo está nuestro querido Maestro.
Después de pasar un tiempo recuperándose en San Francisco en 2015, y después de estar en su casa de enero a diciembre de 2016 en Plum Village en Francia, Thay solicitó viajar a Tailandia para unirse a sus estudiantes monásticos en nuestro gran monasterio cerca del Parque Nacional Khao Yai. Desde entonces, Thay se ha estado nutriendo con la alegría y la juventud de más de doscientos monásticos en Thai Plum Village. En el clima cálido y tropical, y rodeado de sus jóvenes estudiantes, Thay ha podido continuar su camino de curación, al tiempo que ofrece su presencia para apoyar la fortaleza y el crecimiento de su querida comunidad joven. En Tailandia, Thay tiene la oportunidad de recibir atención médica de primer orden de especialistas tanto orientales como occidentales.
Estamos profundamente agradecidos con la «sangha de médicos» de Thay, que ha estado cuidando a Thay con inmensa generosidad, amor y respeto; y también a todos los especialistas en acupuntura y medicina oriental que han ofrecido sus habilidades y experiencia.
Como es de esperar para alguien de tan avanzada edad que se está recuperando de un grave derrame cerebral, hay momentos en los que la salud de Thay es más fuerte y otros en los que es más débil. En los días buenos, Thay puede hacer varias comidas pequeñas al día y unirse a la sangha para meditar caminando en su silla de ruedas, o tal vez participar en una comida formal en la sala de meditación, comiendo con gran concentración, dignidad y
presencia. Cuando está con la sangha, Thay a menudo hace gestos, con los ojos brillantes, para recordarnos que disfrutemos escuchando el sonido de los pájaros, o con una sonrisa suave se señala a la boca para recordarnos que debemos sonreír. En los días buenos, Thay ha podido ofrecer su presencia solemne y ser testigo en las ceremonias de ordenación, o su presencia alegre en los festivales, viendo sus alumnos actuar con canciones, representaciones y bailes. Incluso con sus problemas de salud, Thay nunca quiere perderse los grandes eventos de la sangha.
Insistió en estar presente en el estreno del documental «Camina conmigo» en Bangkok (donde dirigió a la sangha para que comprara grandes cantidades de palomitas de maíz), y también insistió en viajar con los monásticos para estar presente mientras lideraban un gran retiro para familias en Wang Ree Resort en Tailandia.
Aunque Thay todavía no ha podido hablar desde su derrame, disfruta al unirse cuando la sangha canta canciones de Plum Village y, cuando tiene fuerza, continúa entrenándose diligentemente para poder formar palabras. Siempre que su salud lo permite, Thay trabaja con entusiasmo con sus ejercicios de fisioterapia, y sonríe con una sonrisa de victoria cada vez que puede permanecer sobre sus propios pies sin ayuda. Los nervios en su pierna derecha ahora
están activos hasta el pie. Aunque todavía hay algunos días en los que Thay no puede comer ni beber, y se queda descansando profundamente en su cama, en cuanto recupera su energía come mucho, como si compensara los días en que no ha podido comer.
En general, estamos felices de decir que, desde los últimos dos años siguiendo una dieta especial, el sistema digestivo de Thay se ha fortalecido y restaurado.
La sangha puede sentir la presencia alentadora y nutritiva de Thay, siempre manteniendo la mirada aguda de un maestro sobre nuestra práctica y esfuerzos, instándonos a seguir adelante y animándonos a seguir disfrutando de las maravillas de la vida, a avanzar en nuestra práctica, a crecer y a servir. La presencia continua de Thay entre nosotros ha sido un gran regalo y una gran fuente de energía y apoyo para nuestra comunidad.
Thay hace saber cuándo le gustaría alimentarse con la naturaleza y, en un momento dado, solictó a sus asistentes que lo llevaran durante unos días junto al océano. Thay disfrutó pasando el tiempo relajándose en la cálida arena, y un joven monje lo sostuvo para que pudiera sumergirse completamente en el agua refrescante y salada. Thay pasó horas escuchando las olas y observando el vasto océano y el lejano horizonte. Es una gran enseñanza para todos nosotros ser testigos de cómo Thay disfruta de su vida tan profundamente a pesar de la adversidad física que está afrontando.
Puesto que Tailandia no está lejos de Vietnam, ha sido posible que venerables monjes y monjas de Vietnam hayan viajado para presentar sus respetos a Thay y pasar tiempo tomando té, compartiendo comidas, evocando buenos recuerdos y recitando poesía. Muchos de estos venerables son amigos y estudiantes de Thay que lo han apoyado en momentos difíciles, en particular cuando Thay pedía la paz durante la guerra de Vietnam. Thay valora mucho estas visitas. De hecho, el año pasado (en agosto de 2017), Thay estaba decidido a hacer su propia visita a Vietnam, y
aunque era extremadamente complejo y suponía todo un desafío organizar ese viaje, no hubo forma de disuadirlo. Tan pronto como supo que se había dispuesto todo, se llenó de energía y entusiasmo. Thay estaba determinado a presentar sus respetos en su santuario ancestral en su tierra natal y en el Templo Raíz de nuestro linaje en Huế, Chùa Từ Hiếu, donde Thay todavía es abad, y donde sus estudiantes, monjes y monjas de Plum Village, continúan viviendo y practicando. Thay entró en el templo de Từ Hiếu como un monje que regresa a casa. Con profunda concentración y presencia, eligió visitar cada altar uno por uno para inclinarse solemnemente y ofrecer incienso. Después de solicitar a sus asistentes que lo guiaran en un recorrido por el estanque de la media luna, y visitar los lugares favoritos que había amado siendo un joven novicio, optó por irse, tan sencillamente como había
venido.
Queridos amigos, Thay siempre nos recordó que practicáramos mirando a nuestros seres queridos con los ojos de «falta de forma». Vemos a Thay todavía con nosotros en su “cuerpo físico”, enseñándonos con su gran valor, dignidad, fuerza y compasión. Y vemos a Thay todavía con nosotros en su “cuerpo de enseñanza”, el Dharma viviente, expresado no solo en todos sus libros y charlas, sino también en las formas en que su mensaje sigue resonando por todo el mundo, una inspiración para innumerables personas en innumerables estilos de vida. Thay también continúa en su “cuerpo de Sangha”, su comunidad, que incluye a más de 700 monjes y monjas, miles de miembros de la Orden del Interser y decenas de miles de practicantes que siguen los Cinco Entrenamientos de la
Plena Consciencia y nutren su práctica en las sanghas locales en ciudades por todo el mundo. Es una gran suerte que Thay haya transmitido la Lámpara del Dharma a cientos de maestros monásticos y laicos, y es una gran felicidad que hoy estén ayudando a que las enseñanzas de Thay brillen un poco en todas partes.
Ahora, más que nunca, se necesitan estas enseñanzas, y estamos agradecidos de que cada uno de vosotros continúe con el amor, la sabiduría, la paz y el valor de Thay en vuestro rincón del planeta.
Esperamos que podáis uniros a nosotros en nuestros monasterios o en nuestros retiros externos el próximo año mientras continuamos juntos el legado de Thay. Y esperamos que podáis nutriros siguiendo nuestras charlas de Dharma en línea, en particular las charlas del Retiro de las Lluvias de Otoño en Plum Village, explorando más a fondo los Catorce Entrenamientos para la Plena Consciencia. Os invitamos a que consideréis elegir un compromiso
concreto en vuestra práctica que os gustaría ofrecer como regalo a Thay. Tal vez una promesa de dar cada paso con plena consciencia desde la puerta de casa hasta el coche (uno de los favoritos de Thay), o introducir un nuevo hábito para proteger y cuidar a la Madre Tierra (como comer de forma vegetariana determinado número de días al mes). Podéis compartir estos compromisos en los comentarios a continuación de la publicación. Esta es una manera
maravillosa en que el cumpleaños de Thay puede ayudar a fortalecer e inspirar nuestra práctica colectiva.
Estamos profundamente agradecidos por vuestra presencia, vuestra práctica y por el tan necesario soporte que continuáis ofreciendo a nuestros monasterios como lugares de aprendizaje y refugio.
Vuestras generosas donaciones a la Fundación Thich Nhat Hanh nos permiten continuar manteniendo las enseñanzas y el legado de Thay vivos y relevantes para las generaciones futuras. Os lo agradecemos.
Feliz día de continuación, querido Thay. Y feliz día de continuación
a todos tus cuerpos de continuación.
Con amor y confianza,
Los monjes y monjas de Plum Village.





